Los departamentos de contabilidad han formalizado el proceso de presupuestación a lo largo de los años, y durante ese tiempo, la práctica evolucionó hacia el proceso de presupuesto anual. Este proceso se basa en gran medida en supuestos y predicciones sobre mercados y gastos futuros. El esfuerzo por controlar las operaciones a través de un marco de adivinar qué «podría» suceder ha resultado en múltiples desventajas percibidas. Conozca las críticas que provienen de estos inconvenientes percibidos de los presupuestos anuales y si deben eliminarse los presupuestos anuales.
1. Las suposiciones conducen a inexactitudes
Nadie puede predecir exactamente lo que sucederá en el futuro, pero muchos profesionales de negocios lo intentan a través del proceso de presupuesto anual. Aunque aprender del pasado puede parecer una buena predicción del futuro, los cambios económicos, regulatorios y ambientales pueden afectar drásticamente la precisión. Algunos de estos factores incluyen:
- Ingresos reducidos
- Aumento de costos
- Variaciones en tipos de interés, tipos de cambio y materias primas
Una de las críticas a estas inexactitudes es la incapacidad de hacer ajustes rápidamente. Las empresas que no permiten anulaciones presupuestarias son víctimas de gastos que ya no son sustentables.
2. Ninguna disposición de flexibilidad reduce la eficiencia
Las empresas a menudo confían en estrategias de contabilidad que solo se centran en el final del año fiscal. En lugar de adoptar una postura proactiva y realizar un análisis durante todo el año, la discusión sobre el presupuesto se guarda para las últimas semanas. Los jefes de departamento compilan números obligatorios que incluyen pronósticos de ventas, ganancias y gastos de capital que se entregan a ejecutivos de alto nivel. El C-suite lo revisa todo, lo analiza y finaliza el plan sin más aportes. Limitar el tiempo de análisis a un solo período de tiempo también distorsiona las proyecciones porque la información utilizada está desactualizada cuando realmente se utiliza. Este tipo de rigidez se traduce en una falta de previsiones para considerar estrategias durante el resto del año, que podrían contrarrestar los problemas en el momento en que ocurren o incluso eliminarlos de antemano. Entonces, la empresa se vuelve susceptible a crisis presupuestarias o cambios en el mercado.
3. El proceso de presupuesto anual consume demasiado tiempo
La creación de un presupuesto requiere mucho tiempo, a veces hasta seis semanas para todo el personal de contabilidad. Durante el proceso, muchas de las otras tareas contables no reciben la atención que merecen. Según CFO.com, independientemente del tamaño de la empresa, el 49 por ciento del tiempo del departamento de finanzas se dedica a pagar facturas. Si su tiempo se dedica a diseñar un presupuesto durante las últimas seis semanas del año fiscal, son casi tres semanas de facturas sin pagar. Cuando regresan a sus funciones rutinarias, ocurren más errores, que a su vez afectan negativamente el presupuesto que se estableció. Esto afecta el flujo de caja tanto en el tiempo inmediato como en el futuro de las operaciones de la empresa. Si la empresa opta por los servicios de contabilidad subcontratados, podría evitar estos recortes de tiempo y delegar recursos para servir mejor a la organización.
4. Las estrictas directrices presupuestarias crean una holgura presupuestaria
Con pautas presupuestarias estrictas, los gerentes pueden intentar manipular sus presupuestos departamentales inflando demasiado sus gastos y reduciendo los ingresos esperados. Esta holgura, también llamada «sacos de arena», ocurre en hasta el 80 por ciento de las grandes corporaciones. Los gerentes también pueden usar otra manipulación, como:
- Diferir los gastos para el próximo año con el fin de reducir los costos del año fiscal en curso.
- Mover las ventas anticipadas al año actual para inflar los ingresos.
- Incurrir en gastos durante el año en curso en un intento de aumentar el presupuesto del año siguiente.
5. Las políticas de úselo o piérdalo destruyen la responsabilidad
Esta estrategia de proceso de presupuesto anual determina el presupuesto de un departamento en función de los gastos anuales. Algunas corporaciones intentan controlar las operaciones mediante presupuestos decrecientes cuando no se utiliza todo el dinero. Esto significa que si el dinero no se gasta, el departamento puede perderlo del presupuesto del año siguiente. Este proceso destruye la responsabilidad porque los gerentes tienden a aprobar gastos extravagantes al final del año con el fin de utilizar los fondos para que no se pierdan del próximo presupuesto. Entre el 40 y el 80 por ciento de todas las empresas padecen esta mentalidad. A largo plazo, estas empresas pierden beneficios debido a gastos innecesarios y una mala planificación.
6. Centrarse en los resultados financieros Distancias Clientes
Las finanzas corporativas se basan en el cálculo de números, pero a menudo los valores numéricos no están necesariamente correlacionados con el valor de obtener y mantener la base de clientes. Los consumidores rara vez consideran los costos incurridos por las empresas; simplemente quieren el mejor trato y un servicio de calidad. Estos valores cualitativos pueden ser muy diferentes de los valores cuantitativos asignados a las ganancias por los ejecutivos. Cuando centrarse únicamente en los números se convierte en el estándar, los objetivos relativos que empujan a los empleados a tener éxito se reducen.
7. Las asignaciones de gastos causan disturbios internos
Los presupuestos generales asignados a los departamentos internos no siempre son la opción más frugal. En un intento por mantener las cosas en casa, este tipo de decisión presupuestaria puede causar conflictos con los gerentes que prefieren ahorrar dinero o entablar relaciones con los proveedores. Del mismo modo, las asignaciones realizadas solo para proveedores preaprobados también pueden crear confusión internamente. Cuando los jefes de departamento saben que los presupuestos se pueden gastar de manera más inteligente en diferentes lugares, pierden la fe en el sistema y es más probable que doblen las reglas en otras áreas del presupuesto.
Estos inconvenientes son motivo de preocupación, pero en última instancia, cada organización debe tomar su propia decisión de abandonar o no el proceso presupuestario anual. Las críticas siempre abundan, especialmente para aquellos que desean sacudir el sistema. Es posible que no pueda ver el futuro, pero puede decidir cambiar los procesos que ya no benefician a su empresa.